Dado que la madurez del niño no se realiza a través de procesos aislados, sino íntimamente relacionados, La Tata opta por la globalización como base metodológica de la educación.
El niño es el eje de La Tata. Todo gira en función de ellos: para ofrecerle un entorno agradable y para favorecer su crecimiento íntegro.
Nuestra metodología se basa en la propia acción del niño, la cual tiene una función constructiva y estructurante de su propia personalidad.
Las necesidades afectivas propias de este periodo requieren una metodología basada en la experiencia, las actividades y el juego, en un clima de cariño y confianza. Es importante la colaboración de la familia para proporcionar al niño los estímulos suficientes en sus primeros aprendizajes y, en general, al comienzo de su nueva experiencia formativa.
Cuatro son los pilares fundamentales, de nuestros principios didácticos, para el desarrollo humano:
- Aprender a SER : Los niños y las niñas aprenden a “ser” mediante la interacción de su yo con los demás. Su personalidad será el resultado de la interacción de sus características constitucionales con la acción de las personas (niños y adultos) que lo rodean.
- Aprender a CONOCER : el conocimiento es el resultado de la adaptación y la organización de la mente. La inteligencia se adapta mediante los procesos de asimilación y acomodación.
- Aprender a HACER : los niños alcanzan el conocimiento a través de su desarrollo biológico junto con la acción del mundo exterior, factores que intervienen por igual y a los que hay que añadir la propia actividad de los niños y las niñas.
- Aprender a CONVIVIR con los demás: La convivencia con los demás tiene una estrecha relación con el desarrollo cognitivo y los aprendizajes.
¿Cómo lo hacemos?
El juego se puede definir como actividad lúdica que comporta un fin en sí misma, con independencia de que, en ocasiones, se realice por un “motivo extrínseco». Todos los posicionamientos coinciden en reconocer que el juego es un derecho de los niños y las niñas. El juego debe caracterizarse por ser espontáneo, placentero, voluntario y que exige participación activa.
El juego es, por tanto, un elemento educativo de primer orden para trabajar todos los contenidos y porque desempeña las siguientes funciones:
- Contribuye a la exploración y al descubrimiento.
- Facilita la socialización.
- Regula las tensiones del niño y de la niña.
- Favorece la estructura del lenguaje y del pensamiento.
- Proporciona disfrute y diversión.
- Ejerce una función relajante.
- Posibilita el aprendizaje significativo.
El juego es utilizado en la práctica educativa porque a través de él, los niños y las niñas, observan, exploran, descubren, se comunican, se relacionan, etc., convirtiéndose, el juego, en el motor de todo el proceso de enseñanza–aprendizaje y en un recurso didáctico en todas las áreas del currículum de Educación Infantil.
Educación musical
Aunque la finalidad de la actividad musical no sea el aprendizaje de conceptos relacionados con el lenguaje musical, no cabe duda de que el hábito de escucha atenta, la sensibilización hacia el arte de la música, así como los juegos rítmicos-motrices, y las canciones infantiles, podrán servir de base para, más adelante, poder iniciar una formación musical consciente.
Los objetivos que desarrollamos a través de las actividades musicales son:
- Educación del oído.
- Educación rítmica y expresión vocal.
- Práctica instrumental.
- Desarrollo de la creatividad.
La música es una constante en
La Tata
Está demostrado que los niños que trabajan y se desarrollan con música adquieren unas características especiales de sensibilidad, concentración, relajación, memoria, capacidad auditiva, etc. De ahí la gran importancia que La Tata le concede.